Somos reunidos en el nombre de Jesus!

XXIII Domingo "A" Mateo 18, 15-20 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano. Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos''. La religión de mayor crecimiento en los Estados Unidos son aquellos que no tienen religión. Personas que no son ateas, pero simplemente dejaron de ir a la iglesia. La pandemia pareció acelerar sus números. Se les llama los "nones". Dado que son un grupo tan grande y creciente en número, hay mucho que se está escribiendo sobre ellos.
Una de las cosas que se observa sobre ellos es que carecen de un sentido de comunidad. Están cada vez más aislados y tienen poca relación con otras personas. Están tratando de encontrar cosas como deportes, política o clubes de lectura como una forma de reunirlos en un grupo. Se están dando cuenta de que, a pesar de todas sus faltas, la iglesia hizo un buen trabajo al reunirnos en una comunidad. Nosotros no estamos reunidos en el nombre de Cruz de Azul, o un club de idiomas o la partida Morena, estamos reunidos en el nombre de Jesús. Jesús es quien nos reúne y es algo que nunca debemos olvidar. Jesús en el Evangelio de hoy dice: "donde dos o tres están reunidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos". En el Evangelio no creo que Jesús esté pensando en esas grandes reuniones como la Jornada Mundial de la Juventud en Portugal o el 12 de diciembre en la Villa. Cada vez que dos o tres o se reúnen en el nombre de Jesús, Jesús está allí. No necesitas a los obispos y sacerdotes; No tiene que ser en una gran catedral con un hermoso coro. El número no es importante. Lo importante es que estamos reunidos en el nombre de Jesús. Estamos reunidos en el nombre de Jesús. Hemos venido a escuchar su palabra y a compartir su cuerpo y sangre. Jesús siempre es el centro de nuestra comunidad reunida aquí en su nombre. Es la presencia de Jesús la que debe animar, guiar y sostener nuestra comunidad. Jesús es quien debe alimentar nuestra oración, nuestras celebraciones, proyectos y actividades. Jesús es el centro de nuestra vida cristiana. Nos reunimos todos los domingos no por nuestro hábito o simplemente tradición o para cumplir con nuestra obligación. Nos reunimos para encontrarnos en el nombre de Jesús. Nunca debemos olvidar que Jesús es el centro de nuestra Iglesia, él es el significado de nuestra iglesia. Nos reunimos para escuchar su palabra y compartir su cuerpo, para ser llenos de su paz para que podamos proclamar la Buena Nueva a los demás. Es bueno para nosotros preocuparnos por el futuro de la Iglesia, pero debemos recordar que la Iglesia no es el Papa Francisco, o los obispos y sacerdotes. Somos la Iglesia. Nosotros somos los que debemos asegurarnos de que Jesús sea siempre el centro de nuestras comunidades. El próximo mes habrá un sínodo en Roma. Sería un error para nosotros pensar que "ellos" son los que decidirán el futuro de la iglesia. Todo el enfoque del sínodo es tratar de incluir tantas voces como sea posible para que juntos podamos mantener siempre la presencia de Dios en el centro de nuestras vidas. No sé cómo los "nones" van a encontrar su sentido de comunidad. No sé qué es lo que los unirá. Tal vez un deporte, un político, un libro o un museo. Pero para nosotros sé qué es lo que nos une. ¡Es Jesús! Estamos reunidos en su nombre. Y dondequiera que dos o tres de nosotros estemos reunidos en su nombre... Él siempre estará entre nosotros.

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