tomad y comed

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO Tomad y comed Tomad y bebed. Marcos 14-12-16. 22-26 Acabo de regresar de México. Me encanta México. Me gusta el paisaje, las ciudades coloniales, y por supuesto la gente. Siempre son muy amables. También me gusta la comida. Cuando estoy en México me gusta comer en la calle. Puedo ir a un restaurante de 5 estrellas, con manteles blancas y meseros en smoking, pero en México siempre digo, “Mejor comer en la calle.” Sopes, enchiladas, huaraches, tacos, ¡ay que rico todo! Yo creo que la comida y la gente tiene mucho en común. La cosa de los Mexicanos y algo que aprendí de todos los Latinos, de Ecuador, Perú, El Salvador, Guatemala, es que siempre quieren compartir la comida, quieren invitarles a sentar en la mesa a comer y beber. En México llegue a la ciudad de México y fuimos manejando hasta Zacatecas. Después de pasar por León el Padre Manuel quien estaba manejando me dijo estamos entrando Jalisco. Yo no sabia que Jalisco era entre GTO y ZAC, pero ni modo. Entramos la ciudad Encarnación de Díaz conocido como La Chona y el padre me pregunto, “Esta bien si pasamos a visitar Pepe y Emma, ojala estan en casa.” Entonces era como las dos de la tarde y fuimos sin llamar o avisar y ¿sabe que nos ofrecieron? ¡Comida! Ella calentó la estufa en inmediatamente empezó a cocinar algo como mole pero no mole ella lo llamaba, carne con chili rojo. ¿Y que es lo que hicimos? Pues comimos por supuesto. Algo que yo he aprendido de mujeres latinas, es cuando ellas ofrecen algo de comer, tiene que comer. Cuando los hombres les ofrecen algo de beber, tiene que beber. Hoy estamos celebrando la solemnidad del Santísimo cuerpo y sangre de Cristo. Estamos celebrando la Eucaristía. Estamos celebrando que el pan y el vino que están ofrecidos se conviertan en el cuerpo y sangre de Cristo. Jesús transforma el pan y el vino en el mismo y por esta cena nos ofrece la vida eterna. ¿Y que es lo que Jesús dice? Lo mismo como las señoras de nuestra comunidad, “Tomad y comed” “Tomad y bebed.” Jesús nos invita a participar en una comida una cena exactamente como la familia en La Chona invito el Padre Manuel y yo. Nos hemos sentado todos juntos en la misma mesa, lugar para todos y hemos compartido la comida, una fiesta entre todos. Y estamos haciendo algo muy parecida aquí nosotros. Hemos entrando en este lugar, quizás algunos como extranjeros por la primera vez o algunos quienes tiene anos aquí. Todos son bienvenidos. Pero todos tiene que participar. No podemos quedar simplemente para observar. Tenemos que participar por completo. Jesús nos ofrece su cuerpo para comer. El nos ofrecer su sangre, para beber. En la misa hablamos de comulgar. Es una palabra única, no se traduce a ingles, y no tiene otro sentido de recibir la comunión. ¿Qué significa comulgar entonces? Significa comer, pero algo mas, significa unirse con la persona que esta invitándonos a comer. Por supuesto en una comida se siente unido con las personas con quienes están comiendo, pero cuando venimos aquí, cuando comulgamos estamos unidos con Cristo. Podemos decir que como el pan y vino está transformado, nosotros también somos transformados por la celebración. Sentado a comer con la familia en La Chona sentí bendecido, también nosotros en la Eucaristía cuando acercamos a comulgar para encontrarse con Cristo y alimentar en el su vida y su fe sentimos bendecidos. Yo se que hay algunos aquí que no se sienten dignos de acercarse a la mesa del Señor. Hay gente que piensan que no son dignos de comulgar. Es importante recordar las palabras que todos dicen antes de comulgar, “Señor, yo no soy digno.” Si yo no soy digno, ni uno de nosotros somos dignos de estar unido con Cristo, ¿pero que es la segunda parte de la oración? “Una palabra tuya bastara para sanarme alma.” Cristo nos invita a comer su cuerpo Cristo nos invita a beber su sangre. Cristo nos invita a unirse con el. Si, ni uno de nosotros somos dignos pero de todos modos Jesús nos invita a unirse con el en este banquete.

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