Somos la Piedra Angular

XXVII “a” Octubre 4, 2020 Mateo 21, 33-43 ¿Quién es la piedra angular? Si Jesús, Jesús es la piedra angular que los constructores desecharon. Este es la manera en que tradicionalmente entendemos el evangelio. Dios es el propietario, la viña, es el mundo y nosotros somos los viñadores. Pero la cosecha es de Dios y los malos trabajadores no respetaron o reconocieron que la tierra era de Dios. Ellos se quedaron con todo, y no dieron gracias a Dios. Los criados enviados eran los profetas que llamo la atención a los trabajadores. Al final mando el hijo, y ¿quién es el hijo? Si por supuesto era Jesús. Desecharon, o matado por los viñadores pero ahora la piedra angular, resucitado de la muerte. Este es una manera de entender la parábola. Es la manera tradicional de explicarlo. Pero yo quiero ofrecer otra interpretación. Para hacerlo quiero que recuerden conmigo los evangelios de los últimos Domingos. Porque también hablaron del reino de Dios usando el ejemplo de la viña. Se recuerden hace dos semanas, tuvimos la parábola de los trabajadores contratados a diferente horas. Unos que trabajaron desde las 5 de la mañana, u otros que trabajaron desde las 5 de la tarde. Unos trabajaron 12 horas, u otros que trabajaron una hora. ¿Cómo estaba pagado ellos? ¡Igual! Todos fueron pagados lo mismo. Que quiere decir que todos somos iguales en el reino de Dios. ¿Quién es mejor en el reino de Dios? ¿Quién es mas importante en el reino de Dios? ¿Pero a quien estaba hablando Jesús? A los fariseos y sacerdotes. ¿Y porque? Porque ellos pensaban que eran mejor de los demás. Que tenían mas derecho en el reino. Jesús bien claro dice que no. Todos somos iguales. El Domingo pasado tuvimos dos hijos. Dos hijos también invitados a trabajar en la viña. Uno que dijo que no y fue, y otro que dijo que si y no fue. ¿Y quien hacia la voluntad de su padre? El que fue. Otra vez la parábola eran dirigidos a los fariseos y sacerdotes. ¿Y como termino el evangelio? Jesús dijo que las prostitutas y pecadores estaban entrando primero en el reino de Dios. Entonces Jesús estaba diciendo en las dos parábolas que los primeros son los últimos y los últimos los primeros. O en otras palabra, “Si piensas que eres mejor de alguien, o si piensas que tienes mas derecho, o si eres mas Católico o Cristiano estas mal. Estas muy equivocado.” Ahora pensando así quiero regresar a piedra que desecharon los constructores. La piedra desechado son todos que nosotros pensamos que son menos. Los que nosotros miramos a ellos pensando, “yo soy mejor Católico que ellos. Yo soy mas Cristiano que ellos. Yo tengo mas derecho que ellos.” Este actitud es bien lejos del pensamiento de nuestro Padre Dios, así no es el reino de Dios. Estamos en medio de un campana política en nuestro país. Había un debate el Martes entre Trump y Biden. Era horrible, los dos gritando, criticando no portando como el Presidente o vice-presidente. En una manera los dos estaba diciendo que el otro no era digno, o en otros palabras que era mas digno que el otro. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Me gustaría pensar nada pero el otro día alguien me dijo que alguien aquí dijo que no debería comulgar porque esta votando por Biden. Este no puede ser. Esta mal, solamente estamos haciendo lo mismo que los fariseos. Pensando que yo tengo razón, yo tengo derecho y el otro no. En el evangelio Jesús termina diciendo, “Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable.” Todos somos obras del Señor, todos somos prodigios admirables.” El día que empieza a pensar que alguien no es obra del Señor, que alguien no tiene derecho de estar aquí alrededor de esta mesa es el día que no estamos pensando como Dios. Es bien obvio en el evangelio, ¿Cómo es el reino de Dios? El reino de Dios es para todos. Si pensamos que alguien no es digno, o que tiene menos dignidad estamos mal. Esta elección es difícil. Todos están criticando al otro. No puede ser así con nosotros. Estamos construyendo otro reino. Un reino donde los últimos son los primeros. Un reino donde los que fueron excluidos están incluidos. Todos nosotros somos obra de Dios, somos un prodigio admirable. Si alguien ha sentido que eran menos, menos por cualquiera razón, quiero pedir perdón en nombre de la iglesia. ¡Aquí todos somos iguales! ¡Aquí todos somos hijos de Dios!

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