Vamos a ser tentados.

I Domingo de Cuaresma “A”
Mateo 4, 1-11
Me gustaría que no fuera así, pero se parece como que la tentación es parte de nuestras vidas. Nuestros antepasados, el primer hombre y la primera mujer Adán y Eva fueron tentados, Jesús también fue tentado. Entonces lo seguro es que nosotros también vamos a tener tentaciones.
No me gusta tentaciones. No creo que es buen idea. No entiendo nuestro Dios poniendo enfrente de los narices de Adán y Eva la tentación. Hubiera sido mejor simplemente no haber puesto el árbol allí. O también pudiera haber no dicho nada, simplemente dejando el árbol entre todos como medio escondido. Pero a decir, “no pueden comer ni tocar o va a morir.” Seria como dar el remote de la televisión diciendo, “Puedes ver cualquier canal menos 351. Pues yo voy a ir directo a 351.” “Hay comida en la refrig, puede comer lo que quiere menos el pollo.” Pues tengo mas hambre del pollo. Como he dicho, ay algo de la tentación, simplemente porque es prohíbo que se ve mucho mejor. ¿Realmente voy a morir? Pues, quiero ver.
Entonces lo que puedo prometerles, es que van a ser tentados. Va a ver algo en sus vidas, ni importa si eres hombre o mujer. Joven o viejo, soltero o casado que le va a tentar. Este es cierto. Pero el segundo… de caer. Este no es cierto. Si vamos a ser tentados. Pero no tenemos que caer. Vamos a ver mas las tentaciones de Jesús en el Evangelio.
Primero, el pan. El pan. ¿Porque no? Jesús estaban con hambre, porque seria malo convertir una piedra en pan. No seria bueno ir a África a acabar con el hambre convirtiendo todas las piedras y pan. Pero este no es la tentación, la tentación no es de hacer algo bueno. No, la tentación es, “si tu eres el hijo de Dios, si Dios realmente es su padre, no debería tener hambre. Porque no mostrar el mundo que Dios es su padre.” Y la respuesta de Jesús muestra que no necesita hacer un milagro para probar nada. El sabe quien es. Cuando sabemos quienes somos no somos tentados. El hombre casado, su esposa esta en México, nadie va a saber… El va a saber, porque el recuerda quienes, el es hombre casado.
Segundo, la gloria. El diablo quiere que Jesús hace algo ridículo, ¿para que? Para mostrar que el es hijo de Dios. Pues como Jesús sabe que el es hijo de Dios. No hay nada de deuda. No tiene que hacer nada para mostrar quien ser. Jesús es el Hijo de Dios no tiene que hacer nada enfrente de todos. La verdad es que sabemos muy bien que Jesús nunca usaba sus milagros para mostrar su poder. El simplemente usaba su poder para ayudar a los demás, especialmente a los pobres y sufriendo.
Tercero, la tentación que tiene condiciones. Puede recibir todo, todos los reinos del mundo, pero una condición, bien simple. Jesús simplemente tiene que postrarse y adorarse al Diablo. Pero este es el problema. Si Jesús acepta la invitación, si el se postrar y adorar el Diablo, no va a ser mas lo que el es: “Hijo de Dios.”
Entonces si vamos a ser tentados, pero no tenemos que caer, si recordamos quienes somos. ¿Con las tres tentaciones como es que Jesús siempre responda? Con la palabra de Dios. Entonces hay dos cosas que puedo recomendar para poder vencer la tentación. Primero es de siempre recordar quienes somos, ¡somos hijos de Dios! ¡somos hijos amados de Dios! Si recordamos esto no vamos a caer. Segundo, recordar la Palabra de Dios. Somos gente de la Palabra de Dios. Tenemos que ser formados con la Palabras de Dios. Apenas hemos empezado el tiempo de cuaresma entonces seria bueno si tenemos tiempo para leer la Palabra de Dios cada día durante la cuaresma.

La verdad es, vamos a ser tentados. Pero si recordamos quienes somos y si somos gente de la palabra de Dios podemos a poder superar cualquier tentación.

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