Fiesta de Cristo Rey
Lucas 23: 35-43
Dos ladrones, dos ladrones, condenados a la muerte, uno a la derecha
el otro a la izquierda. Uno insultando a Jesús y el otro pidiendo
bendiciones de Jesús. Uno que no
aceptaba su condenación y el otro quien acepto la condenación. Uno que quería
bajar de la cruz, y el otro que acepta la cruz. Y uno, solamente uno que entro
en el paraíso junto con Jesús.
Hoy estamos celebrando la fiesta de Cristo Rey. Es importante de
recordar que la cruz es su trono, y sus súbitos son los pobres y los desamparados.
Que el estaba crucificado con ladrones.
Jesús fue crucificado entre dos ladrones, uno a su derecho el otro a
la izquierda. El ladrón al izquierda dice lo que todos están diciendo: “Sálvate
a ti mismo.” Es lo que dijeron las autoridades y también los soldados. “sálvate
a ti mismo.”
Pensando en los dos
ladrones crucificado con Jesús me gustaría imaginar que yo fuero el buen ladrón,
el que dijo, “Señor, cuando llegues a
tu Reino, acuérdate de mí". Pero siendo honesto, muchas veces
soy como el otro ladrón y todos los demás, “"Si
tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Yo pido cosas,
yo quiero algo hoy, salud, dinero, la vida fácil, Yo quiero bajar de la cruz. Yo
no quiero acepto mi cruz.
Yo quiero ver el poder de Jesús,
yo quiero algo de Jesús ahora mismo. Algo que puedo ver y tocar. “Señor, dame
este o este. Señor mi mama esta enferma muestra su poder y salva ella. Señor
quiero trabajar, muestra su poder y dame un buen trabajo.” Cuando pido algo de
Jesús, dinero, trabajo, amistad, soluciones de mis problemas estoy como el mal
ladrón y todos los demás, estoy pidiendo algo terrenal, y estoy olvidando que
el trono de Jesús es la cruz, y su reino no esta aquí. Quiero bajar de mi cruz,
olvidando que la cruz es mi salvación
Yo quiero rezar como el buen
ladrón. Yo quiero muchas cosas pero si Jesús se recuerda de mi este es
suficiente. Solamente quiero que me
recuerdas. Solamente quiero que recuerdas cada uno de los fieles que me has
dado a mi responsabilidad. Jesús, recuérdame, recuerda ellos. Reconozco que el
reino de Jesús no es como los reinos de la tierra. Yo quiero aceptar mi cruz y
simplemente decir, “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mi.”
Pienso en los niños y
jóvenes del catecismo. Yo quiero que ellos aprenda muchas cosas, que no
solamente entiende el sentido de la eucaristía pero también ama la
eucaristía. “Señor, Acuérdate de ellos.”
Pienso en las familias
que acaban de celebrar el nacimiento de un niño. Que están preparando para
bautizar a ellos. Yo quiero salud para ellos, larga vida, pero mas importante
“Señor, Acuérdate de ellos.”
Hay muchas parejas que
están preparando para celebrar su matrimonio aquí. Yo pido que sean felices,
que siempre sean unidos, pero mas importante, “Señor, Acuérdate de ellos.”
Aquí en Santa María
celebramos muchos funerales, has veces 5 en una semana. Yo pido por las
familias que sean consolados. Pero mas importante “Señor, Acuérdate de ellos.”
Cada día me queda
sorprendida del numero de voluntarios en la parroquia. Los ministros de la
Liturgia, de comunión, ujieres, músicos, acólitos, lectores, sacristanes; los
catequistas, voluntarios en la escuela, con diferente ministerios. Yo pido
mucho para ellos, pero mas importante “Señor, Acuérdate de ellos.”
Por supuesto queremos muchos
cosas, también necesitamos muchas cosas no somos egoístas pero nunca debemos
olvidar las palabras del buen ladrón, “Señor, cuando entras en tu reino
acuérdate de mi.” Es importante recordar que el otro ladrón, el que no quería
aceptar su cruz pidió lo mismo que todos los demás, las autoridades y los
soldados. “Si eres el Cristo bájate.” Ellos no querían un Rey dispuesto de
sufrir, ellos querían un Rey Poderoso y un reino sin sufrimientos. La verdad es
Jesús hubiera podido bajar de la cruz. Jesús obviamente tenia el poder de
terminar con sus sufrimientos. Sabemos que las palabras del buen ladrón eran la
verdad, Jesús no había hecho ningún mal. ¿Entonces porque es que Jesús se quedo
en la cruz? No era para su salvación, sino por mi salvación, por tu salvación,
por nuestra salvación.
Si la verdad es no quiero
sufrir. No quiero que nadie sufre. No quiero aceptar mi cruz. Ayúdame Señor a
no rezar como todos los demás pero rezar como el buen ladrón. “Señor, acuérdate
de mi. Señor, acuérdate de nosotros.” Y tengo fe que Jesús tenga las mismas
palabras por mi que tenia para el buen ladron, “Te aseguro, que estarás conmigo
en el paraíso.”
(Senor acuerdate de mi cuando estes en tu reyno ) amen
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