Navidad 2018


Lucas 2, 1-14
De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!"
Durante este tiemp de Adviento no hemos cantado la gloria en la misa. El himno de los Angeles cuando anunciaron a los pastores el nacimiento del niño Jesús en un pesebre en Belén. Nosotros los Católicos entendemos muy bien la importancia de ayunar, ayunamos no solamente para penitencia, para pedir perdón pero también ayunamos de algo para que podemos saborearlo mas. Si tuvimos tamales y pozole o qui o pupusas cada día no sería igual, pero cuando solamente lo tenemos de vez en cuando, pues, es cuando tiene mas sabor.
Este es la gloria que estamos celebrado este día. El cantico de los Ángeles a los pastores en Belén, “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz!” La canción explica muy bien lo que estamos celebrando hoy en día. La canción de los Ángeles une el cielo y la tierra. Los Ángeles nos invitan a elevar nuestras voces hacia el cielo, y pidamos que Dios envía su paz aquí a la tierra. Es lo que estamos haciendo este día estamos alabando a Dios por el milagro de navidad, y estamos pidiendo que Dios nos bendiga por medio de este gran acontecimiento.
 Los Ángeles dieron Gloria a Dios reconociendo el gran milagro en Belén. Es lo que estamos haciendo hoy en día en este lugar, estamos dando Gloria a Dios; es bueno e importante dar gloria a Dios, Dios es bueno, fiel, y misericordioso. Somos su pueblo escogido. Podemos ver el rostro de Dios por medio de Jesús. Podemos sentir un Dios cercano, estamos en su presencia. Como los Pastores y los Ángeles estamos aquí por adorar el niño Dios.
Elevemos nuestras voces al los Cielos hoy en día, uniendo nuestras voces con los Ángeles y los Pastores en Belén. Lo que ellos adoraron allí, podemos adorar aquí en Minneapolis. Y como queremos que nuestras voces suben al cielo; también pidamos la bendición de Dios aquí en la tierra. ¿Y que es la bendición que piden los Ángeles, ¡Paz! Paz, En la tierra a los hombres de buena voluntad.
Paz, paz verdadera. Es algo mucho mas de simplemente la ausencia de guerra. La paz de Dios es un compromiso personal, es un don de Dios, pero la paz verdadera requiere nuestro compromiso personal.
La paz no es algo teorética. Algunos de ustedes han venido aquí a esta país buscando paz, dejando las guerras de América central buscando paz aquí. Otros han dejado la violencia de las pandillas, los carteles y losvendedores de drogas que se encuentra en México.
Miles de personas están en las fronteras de este país buscando paz. En Siria muchos están sufriendo de la guerra allí, y los que sufren mas son los niños y los mas pobres. Hay muchos miembros de nuestra comunidad quienes son de África, un buen numero de ellos están aquí refugiados de las guerras y violencia en sus países. Recordamos todos ellos en nuestra celebración de hoy, pidamos que el regalo de la paz que los Ángeles anunciaron en Belén sea su regalo esta navidad.
Pero no solamente queremos paz en el mundo, no solamente queremos paz en las fronteras, en El Salvador y Guatemala, Siria y las Republicas de África, queremos paz aquí en nuestros hogares, en nuestras corazones.
Navidad debería ser tiempo de fiesta, de amor y alegría. Pero muchas veces en nuestras casas hay divisiones, y conflictos. Quizás no hablas con un hermano que vive aquí en Minneapolis, quizás realmente no hablan con las personas quienes viven en su propia casa. Si, al pedir paz tenemos que permitir que el Niño Dios tocar nuestros corazones. Tocando nuestros corazones no para que sentimos bien, sino para cambiarles. Para que podemos reconocer la presencia de Jesús en medio de nosotros.
Fiestas como hoy tocan nuestros corazones. Son muy emocionantes para muchos de nosotros. El Papa Francisco dijo que no tenemos que tener miedo de esto, el nos invita que nuestros corazones se conmueva. Tenemos la necesidad de que nuestro corazón se conmueva. El amor de Dios es grande; el amor de Dios toco los corazones de los pastores, deja que nuestros corazones se conmueva con ellos. Juntos con ellos, con los Ángeles, con todos los hombres de buena voluntad cantamos, “Gloria en excelsis Deo”

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